Aprendí que la vida se ve diferente a ciertas alturas. Por eso después de tantos desamores ya no quise bajar.
Recorro mi vida a diario y observo. Hablo, río, callo, pienso, lloro y al final resuelvo simplificar las distancias y dejar afuera a aquellos payasos que me lastiman.
Estoy en mi propia compañía y hoy es suficiente. Pero no pierdo la ilusión..., y se que la magia llegará, porque seguramente a estas alturas habrá otro trapecista que no es sapo ni príncipe pero se hamaca tranquilamente igual que yo.
martes, 29 de julio de 2008
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3 comentarios:
Fue la fiebre?? Me parece que te hizo bien... jajaja !!
Besos
Pasa en esas alturas... Yo encontré a mi trapecista cuando pude observar el mundo con alegría y disfrutar de las pequeñas cosas... ahi vino lo máximo y fue y es increible!!!
A volar mi amor !!!Vamos a volar mi amor !!
Essssaaaaaaaa !! sabía que ibas a volver!
Che, me encantó "después de tantos payasos", si a veces hacen reir... tomemoslo con humor.
Besos
Vale
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